Fisioterapeutas que no ven, manos mágicas

El tacto es el primer sentido que se desarrolla en la vida intrauterina, entre la 6-8 semana de gestación, y el último que se pierde antes de la muerte. Cada persona tiene una relación diferente con este sentido, y depende de factores tan diversos como la educación recibida, culturales, experiencias y vivencias facilitadas o inhibidas. Cabe destacar que las personas invidentes no es que desarrollen más este sentido sino que lo utilizan más.

La carrera de fisioterapia es una de las más demandadas en la actualidad por su alta empleabilidad que además representa una de las tasas de paro más bajas de España. Existe un gran número de personas ciegas o con dificultades visuales que eligen la fisioterapia como su profesión, ya que su baja o nula visión es un beneficio, todo es tocar, tocar y tocar. Trabajar sin estímulos visuales y centrarse solamente en las manos, profundiza más en las dolencias. Muchos de los pacientes que asisten a las consultas de los fisioterapeutas pueden tener algún tipo de pudor ante la desnudez, que ante un fisioterapeuta invidente, no existe. OrCam MyEye 2.0 facilita el trabajo de los fisioterapeutas invidentes, gracias al sistema de lectura  de diferentes formatos permite leer a la perfección un informe sobre el paciente, un teléfono para cambiar la cita o saber la cantidad de citas que tiene en una jornada de trabajo. Además la función de reconocimiento facial hace que pueda reconocer a los pacientes cuando entran por la puerta, pudiendo dar un servicio personalizado al máximo.

¿Puede cualquiera aprender a utilizar sus manos con fines terapéuticos? ¿Es suficiente con saber acariciar, amasar, frotar o golpetear, según el caso y en el punto preciso? Las manos del fisioterapeuta recorren el músculo hasta dar con el nudo, normalmente una diminuta protuberancia bajo la piel, que al presionar provoca un ruido apenas perceptible, como un crack. Mientras, las manos van hablando. Su lenguaje es el gesto terapéutico, gesto preciso, seguro, siguiendo unas pautas determinadas, sistemáticas y rigurosas. Como dice uno de los gurús de la fisiología, Adalbert I. Kapandji, en sus libros: “La mano proporciona a la corteza cerebral conocimiento del grosor y de la distancia de las cosas, es la educadora de la vista, lo que le permite controlar e interpretar informaciones”. Pero esta interpretación exige un conocimiento profundo de anatomía, fisiología y patología, que no garantiza mover las manos hábilmente, sino saber por qué se mueven, qué mueven y qué producen cuando se mueven.

Los invidentes identifican cada uno de los músculos y nervios que después masajean con pies y manos. Cuando se toca a otra persona, además de rozar su piel, se acaricia su alma. Con cada masaje sobre la piel, las manos escuchan la respiración del paciente y el grito de sus emociones. Los fisioterapeutas invidentes se dejan llevar por sus emociones y lo que tocan. Uno de los mayores reclamos, es la conexión de cuerpo, mente y alma que son capaces de aportar a sus pacientes.

Para evitar el intrusismo es fundamental estudiar la carrera de fisioterapia, los métodos de estudio avanza a la par que la tecnología. Cuando arrancó la carrera hace 50 años, se tardaban dos días en pasar los apuntes al sistema braille, a día de hoy gracias a OrCam MyEye2.0, los alumnos invidentes,  pueden leer el contenido del campus virtual como el resto de alumnos.

Además, Le Groupement des Intellectuels Aveugles ou Amblyopes (GIAA) y la Fondation Dassault Systèmes han anunciado en Francia la creación de una biblioteca de modelos anatómicos impresos en 3D para ayudar a los futuros masajistas y fisioterapeutas ciegos o con discapacidad visual. El objetivo es la mejor comprensión del tacto de los objetos (incluidas las estructuras anatómicas) que las personas con discapacidad visual no pueden imaginar, ya sea en su totalidad o en detalle. Estas nuevas herramientas educativas ayudarán a promover su aprendizaje y, por lo tanto, su integración profesional y social.