Los mejores consejos de cocina para personas ciegas

Cocinar no es una labor fácil. Requiere mucho tiempo y dedicación, grandes conocimientos y, por qué no, también requiere talento. A la hora de cocinar hay que tener en cuenta múltiples aspectos: las proporciones y cantidades de los alimentos; el tiempo de cocción, horneado o preparación en general; la temperatura, el número de ingredientes, el orden en el que deben utilizarse… Queda claro que cocinar es un arte, pero también una necesidad. Saber prepararse uno mismo las comidas es una forma de ser independiente y autónomo.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay unos 253 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales, 36 millones son ciegas. Todas ellas luchan diariamente para poder valerse por sí mismas. Una buena forma de conseguirlo es aprendiendo a cocinar, algo que suele presentar un gran reto para ellas ya que la cocina no es precisamente un lugar seguro: cuchillos afilados, ollas y sartenes hirviendo, aceite a altas temperaturas, fuegos encendidos… Además de muchas otras dificultades que, sin llegar a suponer un peligro, pueden hacer que la receta no salga tal y como se espera. Imagine añadir 500 ml. de caldo de pollo en lugar de medio litro de leche para elaborar un postre; o preparar un arroz y, como toque final, añadirle una pizca de azúcar en lugar de sal. Debe ser de todo menos agradable.

Es por ello por lo que cocinar a ciegas precisa de mucha organización y atención. El orden es la clave. Las personas ciegas o con discapacidad visual necesitan organizar los alimentos en sus cocinas de tal forma que puedan memorizar dónde se dispone cada producto para así poder hacer uso de él siempre que se necesite, sin que haya equivocaciones. Dominar el espacio de trabajo y las herramientas con las que se trabaja también es imprescindible. No solo es importante saber dónde están guardados los cuchillos o en qué balda de la despensa se encuentra la harina, un cocinero ciego también debe controlar el espacio que dispone para elaborar una receta y así desenvolverse con la mayor soltura posible.

Otra de las claves para preparar platos sin usar la vista es utilizar el resto de sentidos. Las personas con discapacidad visual suelen tener más desarrollados sus otros sentidos e incluso sus funciones cognitivas en ausencia de estímulos visuales, según varios estudios; el último realizado por investigadores del Massachusetts Eye and Ear, un hospital estadounidense vinculado con la Universidad de Harvard. Esto hace que los cocineros (y cocinillas) ciegos puedan reconocer y diferenciar alimentos a través del olfato y temperaturas a través del tacto con una mayor facilidad y precisión que las personas que no son ciegas. Además, y como es evidente, el gusto en la cocina es primordial, un sentido que deben usar tanto las personas ciegas como las que no lo son para preparar comidas de manera exitosa.

Sin embargo, los problemas no aparecen solo en la cocina, sino que las personas con ceguera o problemas de visión encuentran dificultades mucho antes de acercarse a los fogones a preparar un laborioso plato. A la hora de hacer la compra en el supermercado, por ejemplo, muchísimos productos no están etiquetados en braille por lo que les resultará prácticamente imposible saber qué es cada cosa. Para solucionar esta problemática, a día de hoy existen tecnologías de última generación como OrCam My Eye 2, un dispositivo portátil que permite leer cualquier tipo de textos –impresos o digitalizados- y que además cuenta con un sistema de identificación de productos que posibilita hacer las compras con independencia. Con OrCam My Eye 2 la hora de la compra y de la comida es mucho más cómoda y sencilla.